Simplemente salimos por la noche, y madre mía, no había nadie.
Salimos sobre las doce más o menos, para quedar con los amigos, fuimos al Cardenal, de buen rollo y después a Duquesa, pero yo tuve que ir a casa porque me dolían los ojos de tanto llevar las lentillas.
Estuvimos de fiesta y poco había, así que a casa.