Llevaba como unos . . . 2 años (más o menos cuando descubrí mi bisexualidad y la confirmé) deseando con ir a las fiestas del Orgullo de Madrid. Una fiesta en la que las calles madrileñas se llenan de alegría y color durante el verano. Este festival es un soplo de aire fresco para un caluroso Madrid en verano.El primer día fui con mi mejor amiga, estábamos nerviosas porque unos amigos míos no iban a poder estar con nosotras para guiarnos. Pero nos tiramos a la aventura y al final pudimos llegar sanas y salvas al centro de Madrid, y digo el centro de Madrid porque el tren no paraba nada más que en Chamartín y el Metro lo teníamos justo a fuera de la estación. Cogimos el Metro y una señora que trabajaba allí nos preguntó que no podíamos acceder a Chueca directamente desde el Metro, ya que esa línea estaba cerrada debido al colapso de gente. Ha sido histórico este año, al parecer. Viva LGTB.
La pantalla gigante de Chamartín era genial y las paradas del Metro eran larguísimas.
Nos bajamos en Ibiza, que estaba justo en frente del Retiro. Y antes de ir al pregón de Ruth Lorenzo y Conchita Wurst paramos por el Retiro, nos dió tiempo a ver muchas cosas del pulmón de Madrid.
Era gigantesco, y cuando íbamos a salir del Retiro me quede con la boca abierta porque vimos a Cristina Medina, (por si no saben quién es, es Nines Chacón, de La Que Se Avecina, una serie española de humor muy famosa en España), iba con ropa deportiva, montando en bici con un montón de maquillaje. Muy kitch, pero como es famosilla pues puede ir como quiera y con más excusa. El primer día fuimos a ver el lago, que hay barquitos y si Menshu hubiera estado nos hubiéramos montado, y la tiraría al agua para que la comieran loh pesesitoh. ¿Verdad Menshu?
Después de pasar el rato viendo un poco el Retiro, marchamos a Chueca, callejeando y gracias a mi iPhone pudimos llegar bien, porque sabía que estaba al lado, pero que no tan cerca. Llegamos rápido y me sintió genial el paseo. Estábamos tan lejos que no podía ver nada, mi maldita estatura no me permitía ver nada más que cabezas y a los que estaban en el escenario desde lejos. Ruth me gustó, pero Conchita en e pregón, fue super adorable y amable con el público, y es muy mona cuando habla español. Su "Hola" y "Yo no comprendo nada" me dejaron con la boca abierta. Cantaron un poco al finalizar el pregón, lo hicieron genial ambas.
Conchita, como ya dije estaba preciosísima. Me hubiera gustado haber estado en las primeras filas para admirarla, tanto a ella, como a Ruth, como a todos los que componían el escenario. Fue un momento mágico, y ya deseo que llegue el año que viene para que se vuelva a repetir.
Llegamos a Chamartín prontito y nos dió tiempo a cenar y todo. Mi cena estaba riquísima, en mi vida he tomado nada como lo que tomé. Delicioso. Despúes de andar esperando cogimos el tren de vuelta y a descansar. Nunca me subí a un tren-hotel, encima vimos rayos cuando pasamos por Ávila.
Yo el viernes volví porque mis amigos querían compensarme el no haber estado el miércoles, así que cogíe el dinero que me quedaba (que tenía para volver a ir) y me esperaron en Chamartín. Pasamos por el Retiro de nuevo, me lo enseñaron más prfundamente y encontré cosas mucho más bonitas que las que vi el miércoles. Saliendo del Retiro vimos una cervecería, y me sorprendió, porque vale más barato que aquí en mi peublo. Y con tapa by the patilla. Así si.
Durante la mañana hablé con Menshu y me dijo que iba a ir al centro, donde estaba yo, y que me dijo que si veía a alguien con un vestido que me enseñó, que sería ella. Estábamos en Callao que estaba lleno de gente vi una chica de espaldas con la ropa que Menshu me había enseñado, cuando la vi me acerqué, poniendo las manos como ElvisaYomastercard, y sonriendo como ella, la toco para que se gire y no era ella. Era una chica super fea con imperfecciones y gafas hipster.La vergüenza que pasé, los chicos con los que estaba riéndose, a los 5 segundos me estaba riendo yo. Me había hecho ilusión que hubiera sido ella.
El sábado estuve en la manifestación, pero poco tiempo porque teníamos que comer y yo me tenía que marchar, ojalá hubiera podido cambiar el billete, pero no pudo ser. Espero que el próximo año vaya.
En fin, ha sido una experiencia inolvidable, que no voy a olvidar jamás. Ya tengo ganas de que pase todo el año para poder regresar. La gente de Madrid es muy simpática, la gente me saludaba y no me conocía. Se notaría que era turista o algo semejante. Ya deseo volver, y volveré pronto, me da igual que no sean fiestas, pero con disfrutar de las gentes, de los lugares y de los servicios que Madrid ofrece, merece la pena volver.
